domingo, 9 de junio de 2013

TEMA 1:LA PEDAGOGIA Y LA SOCIOLOGIA EN SU HISTORIA

El enciclopedismo, la sociología analítica, el individualismo y las pedagogías sociales y culturales dentro de los siglos XIX y XX

El individualismo de la pedagogía del siglo XIX
      La finalidad de la pedagogía durante este siglo fue constituirse en ciencia.
      Siguió una línea o posición individualista.
      Su ideal primario fue concentrarse en el estudio del hombre individual para afirmar su valor como individuo.
      Lamentablemente, esta postura cerró la posibilidad de una relación con la sociología y como consecuencia se estudió el fenómeno educativo desde una visión puramente psicológica.
      La reflexión pedagógica estuvo poderosamente influida por el pensamiento de Juan Federico Herbart (1776-1841); un filósofo, psicólogo y pedagogo alemán. 
      Por un lado, luchó por “una amplia y firme base empírica (experiencia) para la teoría de la educación”.
      Debido a ello se le conoce como el creador de la pedagogía científica.
      Por otro lado, sin embargo, limitó el estudio del fenómeno educativo a un fenómeno psicológico, cerrando las posibilidades de estudiarlo desde el punto de vista de la sociología.
      La pedagogía se orientó a estudiar los problemas del sistema educativo de aquella época.
      Se concentró en la educación formal, específicamente en la escuela.
      Analizó los métodos de enseñanza, los planes y programas de estudio y las dificultades de aprendizaje.
      La pedagogía quedó reducida a pura didáctica.
      Esto sucedió principalmente por pretender adoptar las bases de las ciencias naturales y aplicarlas a la pedagogía.
Las pedagogías sociales y culturales de los siglos XIX/XX
       A finales del siglo XIX y principios del XX la situación histórico-sociocultural del mundo estaba cargada de “problemas sociales”.
       El orden social establecido “tambaleaba” como consecuencia de los denominados  “movimientos o revoluciones sociales”.
      La educación individualista que había privado durante el siglo XIX no pudo adaptarse a estos cambios.
      En el ámbito educativo, la realidad demostraba que no se “habían logrado” los éxitos esperados en el sistema educativo formal.
      Surgieron los macro problemas educativos como el analfabetismo, la deserción escolar, la delincuencia, las conductas antisociales, etc.
      La pedagogía tuvo que abocarse a buscar soluciones a esta nueva realidad.
      Los pedagogos encontraron nuevas bases teóricas para fundar y sostener sus reflexiones sobre la realidad educativa.
      Surgieron las corrientes conocidas como pedagogías sociales y culturales (culturalistas).
      Ejemplos de estas pedagogías son: La “nueva” psicología Gestalt, la “filosofía social” o las “ciencias de la cultura”.
      Estas nuevas pedagogías comienzan a destacar el “perfil social” que presenta el fenómeno educativo.
      En la medida en que se conocía más profundamente el fenómeno educativo, los pedagogos vieron que se podía estudiar de forma concreta e histórica.
      Estos nuevos planteamientos surgieron, por un lado, de la evolución de la teoría (ciencias sociales) y, por el otro, de la praxis (la realidad concreta).
      Aunque se produjo una crisis interna dentro de la pedagogía, esto abrió la posibilidad de un acercamiento, antes inexistente, entre la pedagogía y la sociología.
El enciclopedismo de la sociología del siglo XIX 
      La sociología del siglo XIX considera a la “sociedad” como objeto único de la reflexión sociológica y, por lo tanto, negaba al “individuo” como ser social o como “individualidad” relevante para la sociología.
      Esta sociología concentró su atención en el “orden” o estabilidad de la sociedad y en el “progreso” o evolución de la misma.
      Lógicamente, el fenómeno educativo, pasaba a ser una “manifestación” del llamado “organismo social”, su manera natural de conservarse o mantenerse (el orden) y desarrollarse (el progreso).
      La intención de los primeros sociólogos (Comte, Spencer, Marx), era conocer a la sociedad como totalidad, estudiando todos sus fenómenos generales y comunes.
      Raymond Aron, filósofo y sociólogo francés (1905-1983) denominó a esta sociología como “sociología enciclopédica”, ya que por un lado abarcaba todos los fenómenos sociales y humanos, y, por el otro, comprendía “todos” los conocimientos sobre los mismos.
      El planteamiento que tenía la sociología enciclopédica sobre la sociedad no permitía puntos de contacto con la pedagogía individualista de ese mismo siglo.
      Los campos de actuación tanto de la pedagogía como de la sociología estaban perfectamente divididos.
      Había una “separación” completa entre los pedagogos y los sociólogos cuando consideraban el fenómeno educativo.
      Cada cual cumplía “su” tarea, ignorando al otro.
      La sociología se preocupaba por encontrar y estudiar las llamadas leyes generales de la “dinámica social” o de la “evolución social”, buscando su validez universal.
      Mediante el conocimiento de esas leyes era posible determinar los fenómenos sociales del futuro, y, por lo tanto, crear una teoría social que ordenara y dirigiera el comportamiento social e individual de los hombres.
      Lamentablemente, al entrar en este campo, la sociología dejó de ser una ciencia positiva.
La sociología analítica de principios del siglo XX
      Cuando se puso en duda el carácter científico de las ciencias sociales se produjo una crisis interna en la misma teoría sociológica.
      Esta crisis condujo a un replanteamiento del objeto de estudio de la sociología con el fin de concentrarse en una “manifestación” asequible al método científico.
      Max Weber y Emile Durkheim tratan por primera vez de elaborar una sociología estrictamente positiva, empíricamente asequible al método científico.
      A esta nueva sociología, Raymond Aron  la denominó sociología analítica.
      La concentración en la acción o el comportamiento humano (especialmente el social) llega a ser un concepto fundamental.
      Sitúa al hombre en una sociedad concreta que condiciona su comportamiento, haciéndolo a él mismo una manifestación de esa misma sociedad o del grupo en el que actúa.
      Su comportamiento social, si bien lo ejecutaba el hombre, no le pertenecía, sino que era del grupo, de la sociedad, de la gente.
      Ya no se trataba con la “sociedad” sino con los verdaderos fenómenos sociales que permitían una auténtica observación de los mismos, y también, una verificación de las hipótesis, tal como lo reclamaba el método científico.
      El fenómeno educativo no pasó inadvertido. Durkheim lo vio por primera vez como un fenómeno social que podía ser objeto de la sociología. Y con ello se hizo posible la Sociología de la educación.
      El comportamiento social educativo y sus productos constituyen en la actualidad el objeto de la Sociología de la educación.
      El planteamiento de la sociología analítica y en especial los planteamientos de Weber y Durkheim, abrieron las posibilidades de tratar con la pedagogía, al descubrir en el fenómeno educativo también un fenómeno social.

      También, las pedagogías sociales y culturales permitieron apreciar el fenómeno educativo en toda su complejidad y como un fenómeno social, abriendo las puertas a un diálogo entre la sociología y la pedagogía.

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